Así es como actuamos en nuestra intranquilidad


 Así es como actuamos en nuestra intranquilidad

En una ocasión vi avispas en un viñedo. Había pequeñas botellas blancas colgando de los tallos, estaban abiertas por arriba y cubiertas con azúcar o miel. Las avispas, atraídas por el dulce, se metieron y quedaron atrapadas en las botellas. ¿Por qué? Porque una vez adentro se volvieron tan frenéticas mientras seguían tratando de escapar por el vidrio. Podemos decir que perdieron la cabeza, pues olvidaron la abertura de arriba, donde fácilmente hubieran encontrado la salida. Pero ninguna pudo salir, todas perecieron dentro de cada botella.

Entonces pensé,

así es como actuamos en nuestra intranquilidad.

Nos damos de topes contra la pared y no vemos cómo nuestro agitado espíritu nos ciega ante lo que Dios está haciendo. Como consecuencia perdemos nuestro camino siendo culpables nosotros mismos. Un corazón intranquilo y sin paz está en peligro de perderlo todo.


Web Sobre Mollendo