Cuentos y Parábolas

Estamos acostumbrado a encontrarnos con cuentos, anécdotas, chistes y parábolas. Hoy hacemos una reflexión sobre este género literario que desde tiempos antiguos ha servido para instruir agradablemente sobre temas de la vida humana.

Con amabilidad, nos animan a crecer:

“Ridendo corriges mores”. Entre sonrisas nos hacen mejores.

Los cuentos no sirven solamente para dormir a los pequeños, sino también para mantener despiertos a los mayores. El cuento nos hace pensar, meditar, alabar, cambiar... Es un espejo que nos hace contemplar nuestra propia imagen, la que tenemos ante nosotros, la que damos ante los demás y, por qué no, la que nos pone también ante Dios.

 Hay parábolas antiguas y modernas que ayudan a mantener despierto tu espíritu. Tómalas en pequeñas tacitas, como un buen café. A veces tendrán un gusto fuerte, amargo, otras más dulce y suave, pero siempre, un gusto que perdura y que te permite saborear hasta los más sutiles matices de tu propia vida.

Un cuento es muchas veces un “espejo donde contemplamos nuestra huidiza imagen”. Qué valentía supone buscar con pasión la verdad, sin transigir con las excusas que nos vuelven esclavos de nuestras mentiras. Y llegar a ser más libres y auténticos, al reconocer con sensatez nuestras debilidades y límites, para empezar a superarnos cada día.

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